Nano – El Derecho a Hablar con Dios

NANO vuelve a la Iglesia que le vio nacer, crecer y que probablemente le arrope en el día de su muerte. La conoce bien al igual que conoce bien al Dios que la habita. Por ello NANO es el perfecto paciente de un psicólogo virtual al que nadie ha visto y todos conocen.

NANO no es tonto, ¿o si?. Es más listo de lo que parece, ¿o no?. Es difícil encasillar a NANO, intentar definirlo, pero si se pueden asegurar dos cosas: ni es simple ni aburrido.

NANO posee los mismos mecanismos extraños de la salsa agridulce de los restaurantes chinos, una dosis de acidez y amargor mezclada con sabor dulce y agradable: la boca lo agradece pero se saltan las lágrimas.

NANO es divertido y eso que lo que cuenta no lo es, pero lo cuenta a su manera, atrapa al espectador, lo envuelve en sus relatos, recorre su vida, sus inventos científicos, sus métodos para el control de las erecciones, su enfado con Peter Pan…. Pero por encima de todo, el miedo al paso del tiempo y a que lo atrape el Sacamantecas.

NANO es tierno, es como un enorme pan Bimbo que habla desde la ingenuidad más absoluta, desde sus ojos de niño grande. Y ya se sabe cuales son las dos grandes cualidades de los niños: inocencia e imaginación.

NANO es, en definitiva, una obra ideal para gente con miedo a la paternidad, crisis de edad y disfunciones eréctiles.

Acerca de teatrolarepublica

Director de Teatro.

Publicado el 16/06/2011 en Nano, Producciones. Añade a favoritos el enlace permanente. 1 comentario.

  1. Reblogueó esto en Teatro La Repúblicay comentado:

    Maravilloso espectáculo

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