Nano – Tercer Misterio Doloroso: «Cómo mandar la pirola»

Nano es inventor…. También… Perfectamente sus creaciones podrían estar entre las más absurdas de la vida, aunque siempre tendrán por motivación solucionarla.

Si alguien se estuviera preguntando que demonios estaba pensando cuando se le ocurrió tal soberana gilipollez, la respuesta está en la misma pregunta… Acotar y controlar el pensamiento que se escapa y no controlamos…. ¿Es imposible patentar tal despropósito?… Veremos…

…Por ejemplo, un método para mandar tú en la pirola y no la pirola en ti. A mí me parece que eso es algo muy importante, pero muy importante. Pues viene siendo lo siguiente. El método tiene una parte de prevención, eso es fundamental, es algo que se está trabajando cada vez más en Medicina, la prevención. La preven­ción consiste en que el paciente tiene que controlar su ritmo sexual, yo le llamo sexiritmo, y anticiparse. Por ejemplo: a quien se le pone tiesa cada dos días, pues ése tiene que aliviarse él por su cuenta siempre un día antes. Si uno que está en este caso de los dos días, una vez constatado que le corresponde la erección los días pares, pues él tendrá que empezar a aliviarse un día impar, antes de que le suceda la erección, no sé si me explico. Y después hay que seguir, sin dar tregua, todos los días impares. Y aunque al principio no responda bien hay que provo­carla, de forma que lo hagas aunque no tengas ganas. Pero el caso es hacerlo cuando tú quieres, no cuando ella quiera. Esa es la diferencia. Con eso, como con tantas cosas, el caso es saber quien manda: o tú o ella. Hay una segunda parte que es para hacerle frente cuando escapa al control. El método parece chapucero, pero en el fondo es científico: cójase un cordel y átese con él la parte citada. ¿Me sigues? Practíquese un orificio, o agujero, en el bolsillo del pantalón. Luego, sáquese el cittado cordel por el antes mencioado orificio. Si se inflama, das un tirón y ya verás que pronto se te baja. Mira, aquí tengo el cordelito, sale por aquí.. Y cuando quiero, ras, ¡ay! A veces me paso. Pero de esta manera puedo estar hablando con una mujer cualquiera que nada, siempre controlo la situación. Hay veces en que estoy con una mujer y ras, y ellas siempre dicen: «¡Ay, Nano, que cara pones.». Yo les digo, nada, nada, es un tic que tengo. Aunque lo más radical era cortarla. Que los que quisieran tener hijos corrieran a hacerlos, uno, dos, tres, cuatro, y luego ¡ras! Llamar al capador. Y tranquis. Porque gusto da, pero es tanto el gusto como los problemas. O más los problemas. Pero ni así. Seguro que luego sentías allí el fantasma del carallo. Donde muere una cosa queda el fantasma. Y seguro que se te ponía tiesa igual. Con la diferencia de que no la podías bajar. Sería una tortura aún peor…

Nacho Cabrera

Acerca de teatrolarepublica

Director de Teatro.

Publicado el 17/06/2011 en Nano, Producciones. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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