Manifiesto del T.A.S. (Teatro de agitación social)

1.- Concebimos el teatro como un «arte social», en dos sentidos.

a) Porque el Teatro no se puede reducir a la contemplación estética de una minoría refinada. El Teatro lleva en su sangre la existencia de una gran proyección social.
b) Porque esta proyección social del Teatro no puede ser ya meramente artística.

2.- En el primer sentido, nos declaramos al margen de los Teatros de Ensayo o de cámara rechazando como erróneo su enfoque del problema teatral. Un Teatro de Ensayo no sirve más que para el aprendizaje del oficio. El T.A.S. no es un teatro de» Amateurs».

3.- En el segundo sentido rechazamos la vieja concepción de «Teatro del Pueblo» como «arte para el pueblo», «belleza al alcance de todos». El T.A.S. es un «Teatro del Pueblo» en un sentido rigurosamente distinto.

4.- Nosotros no somos políticos, sino hombres de teatro; pero como hombres -es decir, como lo quesomós primariamente-, creemos en la urgencia de una agitación de la vida española.

5.- Por eso, en nuestro dominio propio (el Teatro), realizaremos ese movimiento, y desde el Teatro aprovechando sus posibilidades de proyección social, trataremos de llevar la agitación a todas las esferas de la vida española.

6.- Pero conste que la preocupación técnica por la renovación del instrumental artístico del Teatro, está orientada a servir a la función social que preconizamos para el Teatro en esos momentos, y no obedece, de ningún modo, al ímpetu de un cuidado puramente artístico.

7.- Lo social, en nuestro tiempo, es una categoría superior a lo artístico.

8.- Nuestra actitud, por otra parte, es plenamente teatral. El camino que estamos trazando es el único por el que las grandes masas volverán al Teatro, al drama.

9.- Porque hemos asistido al lamentable espectáculo del desplazamiento de las grandes masas de espectadores, al impresionante éxodo del público desde el Teatro al «cine», desde el drama al espectáculo frívolo, desde la angustia al enmascaramiento, desde la realidad a la evasión, al olvido culpable y al paraíso artificial. El Teatro, en torpes manos, ha sido insuficiente para contener este éxodo.
Ha dejado que se le escape su mayor grandeza: la emoción de un gran público. El drama ha sido como un cáliz de amargura que el público ha desviado de su boca para entregarse al «divertissement», al embrutecimiento inhumano de los estupefacientes. El Teatro ha asistido impasible -algunos han llegado a creer impotente- a esta deserción. El T.A.S. pretende impulsar un fuerte movimiento de retorno al Teatro.

10.- Hasta nuestros días todos los intentos de teatro social se han producido de una manera esporádica y aislada. Todos los esfuerzos -unas veces por su marcada tendencia de propaganda de una determinada ideologÍa política (Teatro-Piscator, de Berlín), y otras por obedecer a un impulso individual y solitario o por falta de vigor han resultado casi estériles. El T.A.S. aparece como la mayor concentración de teatro político y social que ha habido hasta la fecha y trata de contrastar las más opuestas tendencias sociales y políticas. El T.A.S. -queda bien claro- no es un «teatro de partido».

11.- Así, el material con el que va a trabajar el T.A. S. procede de los más diversos ángulos ideológicos. Una breve reseña de los títulos ilustrará sobradamente este punto. El T.A. S. trabajará sobre el siguiente material dramático;
-«La fuerza de un gigante», de Upton Sinclair, drama en torno a la bomba atómica.
-«Mutilado», tragedia de un mutilado de guerra.
-«Pastor HalI», sobre la Alemania de Hitler.
-«La luna se ha puesto», de John Steinbeck, drama sobre la ocupación de un pueblo por las tropas alemanas.
-«Muerte de un viajante», de Arthur MiIler, sobre la vida gris y angustiosa de un hombre de la clase media norteamericana.
-«El metro», de Elmer Rice, donde el autor muestra su sentimiento trágico de la gran ciudad.
-«Barrabás», de William Douglas Home, obra sobre las cárceles inglesas, considerada por algunos como una nueva «Balada de la Cárcel de Reading».
-«Las manos sucias», de Jean Paul Sartre, pieza muestra del teatro político.
-«Cautivos de la libertad», de Michael Carroll, que denuncia en esta obra el poder tiránico de los judíos en la vida norteamericana.
-«El Signo de la Cruz», de (Gabriel Marcel, drama sobre el problema judío en Francia.
-«Basura», de A.S., drama sobre el suburbio.
-«Fuenteovejuna», revisión de la obra de Lope, que le incorpora un moderno sentido político.
-«La noche es de los dioses», de Manuel Pilares. sobre un accidente de trabajo en una mina asturiana.
-«Mutter Courage» de Bertolt Brecht, drama alemán de posguerra.
-«Dios en todas partes», de Medardo Fraile que trata el tema del proletariado ante el problema religioso.
-«Pozo negro», de Albert Maltz, drama de los mineros.
-«Profundas son las raíces», de Arnaud D’Usseau y James Gow, la única obra norteamericana que se representa profusamente en la U.R.S.S.
-«Las noches de la cólera», de Armand Salacrou, sobre la resistencia francesa.
-«Silicosis», de J. Ma. de Quinto, la tragedia de esta terrible e irremediable enfermedad profesional.
-«Huelga», de John Galsworthy, sobre la eterna contienda patrono-obrero.
-«Blaue Division», de Miguel Angel Castiella, drama político.
-«La vida está profunda», tragedia de la tierra y el hombre en la sed, del mismo autor.
-«Aceite amargo», de Paulino G. Posada sobre el problema social de Andalucía.
-«Los presos», de Max Kommerells, que trata el tremendo tema del campo de concentración.
-«El mono velludo», de Eugenio O’Neill, el drama de un hombre primitivo y elemental en pugna con la sociedad burguesa, etc. etc.

12.- Creemos. firmemente en la eficacia teatral del drama. El T.A.S. va a realizar la empresa de traer el drama a los escenarios españoles de los que está ausente desde hace tanto tiempo. Venimos además con la intención de desmentir que el drama -y más concretamente el drama de preocupación social y política- esté «fuera de la ley» en España, como han pretendido algunos comentaristas extranjeros al informar sobre la censura española.

13.- Nuestro deseo hubiera sido trabajar sólo sobre material español. Pero este material por ahora no existe. Con gran dificultad hemos conseguido reunir algunos títulos. Esperamos que el T.A.S. facilite la formación de un teatro español de gran altura. En este sentido, el T.A.S. viene a preparar el terreno ya crear la atmósfera en que puedan seguir los nuevos dramaturgos.

14.- El T.A.S. no es, en ningún modo, simplemente un «teatro del proletariado». Como se ve por el conjunto de temas y problemas que se debaten en el material detallado en el punto 11, el T.A.S. tiene una visión total de la sociedad y no trabaja exclusivamente sobre los problemas de una determinada clase.

15.- Si bien el T.A.S. es una profunda negación de todo el orden teatral vigente -y en este aspecto nuestros procedimientos no serán muy distintos a los utilizados por un incendiario en pleno delirio destructor-, por otra parte pretende incorporarse normalmente a la vida nacional, con la justa y lícita pretensión de llegar a constituirse en el auténtico Teatro Nacional. Porque a un Estado Social corresponde como Teatro Nacional un Teatro Social, y nunca un teatro burgués que desfallece, día a día animado pálidamente por una fofa y vaga pretensión artística.

16.- Creemos que el T.A.S. es realizable. A este respecto recordamos un artículo editorial del diario «Arriba» («Respuesta sobre el teatro». » Arriba», 19 abril 1950) donde se afirmaba rotundamente que en España se puede hacer un teatro de contenido político y social avanzadísimo. Aún diferiendo en algunos puntos con el editorialista, uno de nosotros convino con él en que el teatro de preocupación política y social es posible en España. («Respuesta a una respuesta». La Hora número 54). Por la fuerza de este convencimiento estamos realizando el T.A.S.

17.- Para llevar a cabo esta realización, necesitamos, desde luego, el apoyo tanto de la Dirección General de Teatro (Censura) como de las Organizaciones Sindicales que encuadran a todos los productores españoles.

18.- Pero entiéndase que no solicitamos este apoyo en lo económico. (El T.A.S. es un teatro independiente). Contamos con la amplitud de criterio y la buena voluntad de los censores -en vista de los fines que perseguimos-, así como también con que los Organismos Sindicales nos faciliten el acceso a las clases productoras.

19.- El T.A.S. hace un llamamiento a los jóvenes, con los que contamos para la difícil tarea que se avecina. Pedimos la colaboración de todos para que el T.A.S. dé un poderoso fruto.

20 En Madrid, septiembre de mil novecientos cincuenta los abajo firmantes declaran fundado el T. A. S. (Teat ro de Agitación Social).

Alfonso Sastre y Jose Ma. de Quinto
La Hora (10 Octubre 1950)

Acerca de teatrolarepublica

Director de Teatro.

Publicado el 20/04/2011 en Blog. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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