Crítica Ciudadano Yago para los premios Rèplica
…… “Ciudadano Yago” es una gran pieza teatral. La interpretación de Miguel Ángel Maciel me parece soberbia. Voz, temple, gestos, silencios, todo se muestra con una exactitud milimétrica. Además transmite un enorme, exigente y delicado trabajo de dirección. Una maquinaria perfecta al servicio de la trama y del espectáculo. Maciel sabe dar el tono exacto a cada uno de sus personajes (que no son pocos). Soberbia interpretación que será reconocida con el premio al mejor actor. Las inflexiones y matices dramáticos resultan creíbles y adecuados a la intensidad de los acontecimientos. Como público me rindo ante ese trabajo tan bien hecho. Llegas a intimar con Yago, con Otelo, con Desdémona, con Emilia…
Soberbia la dirección de actores. Como magnífico es el tempo de la obra: los arrebatos, las pausas, las explosiones gestuales y de ritmos. Sí, soberbia dirección. Nacho Cabrera ejerce con maestría el oficio de director, y no sólo de actores. Con una escenografía esencialista, rotunda y a la vez de suave volumetría, sabe ubicar las piezas en el lugar exacto y en el momento preciso. Es extraordinario ver teñirse el ara-lecho-mortuorio de esa luz roja sobre blanco a medida que se acerca el desenlace.
Como resulta imprescindible la música del violín y la presencia del músico (Rubén Sánchez): llenan, acompañan, sugieren, completan. Y Rubén, además, pone las réplicas con sobrada eficacia. Ahí hay teatro. Mucho teatro. Excelente teatro.
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Publicado el 05/03/2015 en Blog, Ciudadano Yago (2013). Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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