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Éxito en el estreno de Gulag
Finalmente se estrenó Gulag el pasado 9 de Febrero en el Teatro Pérez Galdós de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Reseñamos una de la críticas que apareción en el diario Canarias 7 posteriormente. Fue el 11 de Febrero y la firmaba Victoriano S. Alamo.
Gracias a cuantos llenaron el coso capitalino y que nos arroparon con sus largas ovaciones….
Dimitri Shostakovich era consciente, como casi todos los habitantes de la extinta URSS, de que había llegado el final si una madrugada aporreaban la puerta de su casa. Por este motivo, el compositor ruso, que forma parte de la historia de la música por derecho propio, dormìa vestido y con una maleta con lo imprescindible al lado de la cama. Incluso, tal y como narra en la estupenda novela El ruido del tiempo, el británico Julian Barnes, a veces se pasaba toda la madrugada junto al ascensor esperando a que llegase a buscarlo la temida policía secreta estalinista. Si así era el día a día de una «gloria nacional» soviética, resulta difícil de asumir lo que vivió el resto de la población durante aquellas décadas de terror estatal. Se sabía que a los detenidos, salvo en excepciones muy puntuales, lo que les esperaba tras la detención eran sesiones de tortura, una ejecución sumaria o unos largos y penosos años en los temibles gulag. Allí, en campos de trabajo y exterminio, el sufrimiento superaba cualquier límite imaginable para una persona cuerda.
Shostakovich, como otros creadores soviéticos, sobrevivieron durante años bajo este terrible yugo. Conscientes de que una nueva creación, que los censores considerasen que no seguía los principios impuestos por el Estado a base de sangre y fuego, tendría unas consecuencias terribles.
«Censurar no es matar», explica el militar de alto rango Zhdanov, en un pasaje del montaje Gulag. Una reflexión que abre una de las vías que, con inteligencia, explora este montaje con el que el teatro Pérez Galdós ha puesto en marcha su ciclo La música como literatura. Muchos artistas no perdieron la vida, pero sí la libertad creativa. Y cuando, como le ocurría a Shostakovich, la música dotaba de sentido su existencia, estamos hablando de una situación peliaguda. Estos creadores se transformaban así en muertos en vida, tanto artística como físicamente.
Este complejo universo es el que retrata con brillantez el montaje escrito y dirigido por el ingeniense Nacho Cabrera. Se sustenta, por un lado, en la propia música de Shostakovich. Le acompaña la mencionada novela de Julian Barnes y la tercera pata la asume el texto Cartas de amor a Stalin, del dramaturgo Juan Mayorga.
El resultado es un espectáculo muy poco usual y denso, que se desarrolla durante casi 90 minutos con una puesta en escena elegante y muy eficaz. Sobre el escenario, la interpretación musical corrió a cargo de un cuarteto de cuerda y un pianista. El quinteto de músicos canarios estuvo brillante, a pesar que la carga escénica que les exige Gulag, lo que hizo que, durante los primeros instantes, se les viera algo dubitativos y tensos. Después cogieron vuelo, junto al actor Miguel Ángel Maciel, narrador y protagonista casi absoluto de la obra.
Las dos siguientes entregas del ciclo son Free Bach 212 y Satie. Monólogo musical para dos pia- nos mudos.
Canarias 7. (11.2.2017)
¡Parece Mentira!. Crítica La Provincia
Los pasados días 15 y 16 de Mayo se puso en escena Los Impostores en el Teatro Cuyás. Adjuntamos la crítica del diario La Provincia, hecha por Fabio García del día 18 de dicho espectáculo.
Partiendo de la ineludible realidad que el único sustituto de la verdad es la mentira, en Los impostores los miembros de una familia la utilizan constantemente para enfrentarse a la veracidad. El resultado es que las falsedades que dicen y viven se convierten en barrotes de una celda que van construyendo a su alrededor, hasta verse atrapados por sus embustes. Así, con cada engaño están obligados a inventar otro para mantener el primero, con lo cual a través de sus patrañas emprenden un viaje sin retorno a la mendacidad. La mejor actuación es la de Miguel Ángel Maciel, a la cual se añade la musicalidad de su acento argentino. Del resto, Toni Báez demuestra su versatilidad interpretando un papel completamente opuesto al Agamenón que vimos hace una semana. Pero lo mejor es el texto, una ocurrente historia compuesta a cuatro manos por QY Bazo, seudónimo de los hermanos Enrique y Yeray Bazo, que en ningún momento decepciona o aburre. La idea de que la historia esté contada por un muerto, es decir, por el único ser que no tiene necesidad de mentir para adornar su vida, es muy adecuada. También la escenografía, en la que los personajes se encuentran dentro de un cubo del que no pueden salir, cuyos lados poco a poco van fortaleciendo con barrotes, figurados por tiras de tela a modo de metáfora de la red de embustes que han tejido, y en la cual han terminado cayendo. A través de una estafa piramidal Los impostores muestra que la crisis económica ha sido resultado de una gran mentira de todos: los bancos, los organismos internacionales, los estados e incluso de los economistas, porque todos defendieron falsedades.
Fabio García.
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Crítica de Ciudadano Yago, por Alejandra Flores
Amigos, Me resulta dífícil comentarles mis impresiones sobre el espectáculo, siguiendo algún tipo de lógica. Comienzo nombrando lo que más me impresionó de todo lo que tanto me gustó. Un espectáculo sobre un Shakespeare, contemporáneo, unipersonal, con músico en vivo, etc ,etc, que logra no caer en las trampas que la propuesta misma despliega sobre el campo de trabajo, es sin duda una proeza. Desde la dramaturgia hasta la actuación, han evitado con inteligencia y elegancia todas las entendibles tentaciones que los rodean a diestra y siniestra.
Una dramaturgia no condescendiente. Una dialéctica justa entre lo que se informa, lo que se comunica y lo que deliberadamente se muestra ambiguo. Ambiguedad que refuerza y problematiza la idea polarizada de los buenos y los malos. Evitando la tentación, por cobardía o inocencia (?), de ser pedagógica, la versión del texto se vuelve un recorrido a transitar que sólo se esclarece sobre la marcha.
La sobriedad de todas las decisiones de puesta y de la dirección de actores contribuyen a poner en primerísimo plano, la historia, las palabras.
Me parece tan interesante ver que un director experimentado y lleno de recursos, con un actor de la ductilidad y eficacia de Miguel, haya DECIDIDO contar una historia, un punto de vista. La valentía de poner el saber y el ego al servicio de la obra, y correrse (aún en un unipersonal ) del primer plano, es un acto hermosamente poético que sólo habla de sus virtudes artísticas.
En la misma línea se inscriben las decisiones musicales y de luz.
Me alegra mucho, lo mejor para ustedes Seguimos charlando. Abrazo.
Alejandra Flores. Buenos Aires (Argentina)
Crítica a CIUDADANO YAGO en la revista Masteatro
Maravillosa crítica que hace de nuestro espectáculo la revista especializada masteatro. Aquí les dejamos a modo de resumen, algunos fragmentos…
«Yago desde el comienzo se dirige a la audiencia posicionándoles como tribunal del supuesto juicio, haciéndoles responsables de decidir si es culpable o no.»
«Nacho Cabrera, director y autor de esta versión de Otelo, apuesta muy acertadamente por recuperar a este rico personaje, Yago y darle la oportunidad de expresar sus sentimientos puesto que él realmente se considera inocente y como cualquier ciudadano tiene derecho, como mínimo, a ser juzgado y a justificar sus actos. Con esta idea tan original por parte del director y autor se abre la caja de pandora, ya que existe ahora la necesidad de juzgar a más personajes que históricamente han quedado como los malos malísimos, sin la oportunidad de poder expresar el porqué de sus actos».
«Destacar el magnífico trabajo de interpretación del actor Miguel Ángel Maciel. Hermoso trato y cuidado en la técnica de la palabra, orgánico en todos sus sentimientos, control y belleza en los movimientos corporales, en definitiva, se aprecia un trabajo duro pero con un resultado proporcionalmente brillante. Se adivina la perfecta compenetración entre director y actor ya que el trabajo está más que conseguido»
«Lo acompaña Rubén Sánchez y el sonido de su violín, instrumento que habla, que pone en situación al espectador, que recobra vida convirtiéndose por momentos en la amada Desdémona e incluso pasado a convertirse en el arma del delito, la espada. El músico Rubén no solo toca maravillosamente el violín sino que da pinceladas a la interpretación encarnando diferentes personajes en los flash-backs de Yago.»
«En definitiva, “Ciudadano Yago”, es una obra inteligente y muy cuidada a la que le esperan, a buen seguro, muchas funciones para que el público pueda disfrutarlo.»